CORDOBA BERRUECO EDUARDO JORGE

Tenía 34 años de edad al momento de su desaparición. Era oriundo de Salliqueló y su familia estaba conformada por sus padres y un hermano menor, y dos hermanos del primer matrimonio de su madre, quien falleció muy joven.
Si bien era soltero, hacía planes para casarse en febrero del 78 con una maestra rural de su pueblo-la novia de su juventud- con quien se había reencontrado en el verano del 77.
Eduardo era muy querido en su pueblo, alegre, conversador y multifacético, se destacaba en toda reunión en las que siempre tocaba el piano o la guitarra. También integraba una orquesta, además de organizar carreras de autos con su hermano menor Julio, “Jules”.
Ingresó al Banco en junio del 66 en la Sucursal Pellegrini, luego pasó a Salliqueló y a partir del 72 se desempeñó como ayudante de instructor en Sistemas y Procesamiento de Casa Central, en la Ciudad de Buenos Aires, donde fue además delegado de base.
Cuando se mudó a Capital inició sus estudios en la Facultad de Derecho de la UBA, destacándose por sus notas sobresalientes en materias que rendía como alumno libre, tal como lo recuerda su hermano mayor: “era brillante”, y con el que si bien no coincidía ideológicamente- ya que Eduardo era de tendencia Socialista y su hermano se identifica con un pensamiento más ortodoxo- comulgaban con los mismos valores.
“Un muchacho prolijo, alegre, sencillo: un santo humilde, servidor de sus iguales”, así lo definió un compañero de lucha, Carlos A. Padrón, ya jubilado con el que participaron como delegados por mandato de las bases, en una negociación ante las autoridades del Banco, en la que se alcanzó un acuerdo salarial excepcional en pleno período hiperflacionario, en época del Rodrigazo, además de lograr de hecho el reconocimiento del Cuerpo de Delegados surgido de las bases, por entonces resistido por la Comisión Gremial Interna y el Sindicato Bancario.
Su padre, Eduardo Córdoba, decidió instalarse con su hijo en Capital para encarar un tratamiento por su asma y se quedó a vivir con él.
El día 9 de noviembre del 77, juntos fueron secuestrados de su domicilio y separados durante su cautiverio. El padre aceptó ser liberado días después porque le hicieron creer que su hijo iría con él.
La medida dispuesta por Acta de Resolución de Directorio N 4202/79 de fecha 24 de julio de 1979, basada en Abandono del cargo por “inasistencias prima face injustificadas”, fue una acción sin sanción que declaró la “Extinción de la relación de empleo”.
Por acta de Resolución Nº 1660/04 de facha 22 de diciembre de 2004, el Directorio cambió su encuadre administrativo legal declarando que la causa que motivó su desvinculación laboral de la Institución fue su situación de “desaparición forzada de persona”.
Biografía aportada por la Coordinación de Derechos Humanos del Banco de la Provincia de Buenos Aires.