LAPORTE AMENGUAL LUIS EDUARDO

El mayor de 5 hermanos: María, Esteban, Miguel, y Gabriel. Luis vivía con sus padres en Quilmes, provincia de Buenos Aires.
Comprometido desde siempre con los pobres, formaba parte del grupo de jóvenes que junto al Padre Luis Farinello, recorrían las villas en ayuda de los más necesitados. Quizás haya sido una de esas tardes que al volver a su casa, los hermanos recuerdan a su madre regañándolo “¿de dónde venís siempre con los pies tan embarrados?”
El pasado 26 de octubre, también estuvo en el Salón de Actos el Padre Luis Farinello: “aún recuerdo a ese chico que tras un aspecto serio y lacónico me entregaba poemas escritos por él con florcitas” y emocionado afirmó “nos movilizaba la ilusión de construir una sociedad basada en el amor y la justicia, gracias a Dios yo todavía tengo vida para seguir haciéndolo”.
Gabriel, el más chico, aún lo recuerda con un libro sobre la mesa, tomando mate y escuchando en la radio a Hugo Guerrero Martineithz.
En el año 1974 junto a varios empleados con actividad gremial, lo declaran prescindible por la ley 20.549 y hasta el momento de su desaparición continuó presentando recursos administrativos pidiendo su reincorporación. En democracia, esa ley fue derogada y dispuso la inmediata reincorporación de todos esos cesantes. Pero Luis, ya no estaba.
En la mañana del 16 de agosto de 1977, salió de su casa de Quilmes y no volvió nunca más. Hasta hoy continúa desaparecido. “A partir de ese día toda la vida familiar cambió”, nos dijeron sus hermanos. No hay testigos de su secuestro ni de su paso por un Centro Clandestino de Detención.
“Mientras papá recorría juzgados presentando habeas corpus, mamá daba vueltas alrededor de la pirámide de Mayo”, hasta que comenzaron las amenazas: “si no te quedás tranquilo ponés en riesgo a tus otros hijos”. Fue demasiado para Eduardo. Ya en su lecho de enfermo, al sentir que había llegado su final, les pidió una birome a sus hijos y a modo de despedida escribió: Luis…. Luis…. y se fue.
Cuando en el Acto del 116° Aniversario del Banco, sus hermanos bajaron del escenario con el nombre de Luis gravado en la medalla, nos dijeron “esta medalla es mucho más de lo que ustedes piensan: hoy los hermanos estuvimos todos juntos de vuelta convocados por el mejor, porque Luis al igual que todos los de esa generación que desaparecieron, era el mejor de todos nosotros”.
(Biografía aportada por la Comisión de Empleados del Banco de la Nación Argentina por la Memoria, la Verdad y la Justicia)