VERON TRESSENS LUIS RICARDO

Como la mayoría de los jóvenes de la época y muy especialmente tratándose de la provincia de Córdoba, Luis estaba profundamente comprometido en la tarea de construir un país mejor y a esa militancia dedicaba la mayor parte de sus días.
A su madre, Clorinda, católica y practicante, le gustaba escucharlo hablar del “hombre nuevo”, de un mundo más justo y solidario en donde no hubiera pobreza ni desigualdad, porque en definitiva, eran principios que ella misma sostenía desde su profunda fe.
En Córdoba la represión comenzó antes del 24 de marzo, pero después del golpe, el terrorismo de Estado se manifestó con mayor dureza e impunidad. Cientos de personas eran detenidas ilegalmente y las feroces torturas muchas veces terminaban con la muerte de los detenidos.
Mientras tanto en el Banco, circulaban listas con cientos de informes sobre el personal, según fuera la aplicación de la ley 21.260 o 21.274 (ver panel 2) que la dictadura proveyó a los organismos del Estado para que materializaran la represión.
Según consta en el Acta de Directorio del 27 de abril de 1976, en el despacho N° 1077, se dispone que:
“VISTO, lo informado por los Organismos de Seguridad y lo actuado en esfera administrativa de esta Institución, y de conformidad con lo preceptado por la Ley 21.260: EL INTERVENTOR DE LA JUNTA MILITAR EN EL BANCO DE LA NACION ARGENTINA RESUELVE: Dar de baja de la institución por razones de seguridad, a los siguientes agentes…” y dentro de una lista de 20 personas, está el nombre de “Luis Ricardo VERON (Leg. 18122/42), Auxiliar de la sucursal Córdoba.
En Córdoba vejámenes, torturas y asesinatos eran denunciados en numerosos relatos hechos llegar a medios periodísticos y eclesiásticos por los detenidos políticos en la cárcel de encausados de la ciudad de Córdoba.
En una carta dirigida a Monseñor Raúl Primatesta, en donde se le solicita intervenga como Presidente de la Comisión Episcopal Argentina, para frenar la feroz represión a la que son sometidos diariamente, detenidos en la cárcel de encausados denuncian que “el 17 de mayo 6 compañeros son retirados con el engaño de ir a la enfermería y luego son fusilados…” Uno de esos seis, era Luis Ricardo Verón. El informe del III Cuerpo de Ejército a cargo del general Luciano Benjamín Menéndez, considerado el adalid de la “línea dura” dentro de su arma, informaría que “fueron abatidos en un intento de fuga.”
El 19 de mayo entregaron a su madre un cajón cerrado, una partida de defunción y la advertencia que no hiciera preguntas.
Aún Clorinda se pregunta porqué le hicieron eso a su hijo “si era un chico tan bueno que solo quería el bien para todos”. En ese cajón quedaron sus sueños del “hombre nuevo” de libertad y justicia de los que tanto hablaba.
Luis Ezequiel Verón, su sobrino, ingresó al Banco en el 2004, pero posteriormente decidió buscar otros rumbos.
(Biografía aportada por la Comisión de Empleados del Banco de la Nación Argentina por la Memoria, la Verdad y la Justicia)