GUALDONI MAZON JUAN CARLOS

“El Flaco” para sus compañeros del Banco, o “Alejo” para quienes militaban con él.
El tercero de cuatro hermanos, el “flaco” sabía muy bien lo que quería. Proveniente de una familia económicamente acomodada, siempre se rebeló contra la injusticia y se comprometió con un proyecto cuyo objetivo era construir una sociedad equitativa.
Desde que ingresó al Banco, el 12 de abril de 1971, demostró interés en las cuestiones laborales, mejores salarios y condiciones de trabajo dignas. Por ello sus compañeros lo eligieron delegado.
Desde ese momento, acrecentó su participación en la vida sindical y política. Apasionado, ferviente y hasta “cabrón” defendía sus posturas combativas ante cualquier manifestación de indiferencia frente a una conquista social.
El 26 de junio de 1976 fue secuestrado en la calle Cerrito, mientras salía de la imprenta en la que trabajaba con Fernando, uno de sus hermanos. Meses antes se había retirado del Banco por su propia seguridad, porque ya el ambiente se había empezado a enrarecer. Comenzaban a circular dentro del Banco, rumores sobre la existencia de listas con nombres de “perturbadores”. Posteriormente la Ley 21260 de la dictadura, del mismo 24 de marzo de 1976, los denominaría “agentes disociadores”.
Como el resto de quienes fueron delegados, su legajo desapareció del Banco y seguramente formará parte del archivo de algún “organismo de seguridad”, de esos de los que surgían los informes en los que el Directorio justificaba la cesantía de cientos de compañeros.
El 26 de octubre de 2004, su hermana Maite, vino a recibir la medalla que devolvió a Juan Carlos su identidad de trabajador del Banco Nación, reivindicando una generación de jóvenes idealistas y comprometidos, que de no haber sido exterminados, seguramente hubieran resistido la imposición del nefasto modelo económico que impondrían los centros económicos del poder.
(Biografía aportada por la Comisión de Empleados del Banco de la Nación Argentina por la Memoria, la Verdad y la Justicia)