PARGAS FLEITAS CARLOS RAUL

El 12 de Julio de 1976 fuerzas represivas se presentaron ante el Gerente de la Sucursal Carlos Pellegrini preguntando por el delegado, e inmediatamente Pargas fue llamado a la gerencia. Ni una pregunta, ni una explicación, se lo llevaron y nadie más lo volvió a ver. El Banco puso en su legajo: “dado de baja por razones de seguridad – Ley 21.274.”
De la sucursal lo llevaron detenido ilegalmente a la Superintendencia de Seguridad Federal dependiente de la Policía Federal Argentina. En la noche del 19 de agosto de 1976, fue trasladado junto a otros jóvenes a la localidad de Fátima – Partido de Pilar – Pcia. de Bs.As.
El 20 de agosto, los cuerpos de 30 jóvenes fueron encontrados con mordazas, maniatados, con un disparo en la cabeza y sus cuerpos dinamitados. Posteriormente sería conocida como la tristemente célebre “Masacre de Fátima”. Estos hechos fueron establecidos en una causa a cargo del Juez Canicova Corral.
Cuando en el 2004, llamamos a la familia para decirles que el Directorio del Banco, les entregaría una medalla como reconocimiento por los años de servicio que Carlos hubiera cumplido en la Institución de no haber sido víctima del Terrorismo de Estado, Alicia, su hermana, irrumpió en llanto: en esos días el Equipo Argentino de Antropología Forense, les había comunicado que los restos de Carlos habían sido identificados.
A pesar del dolor, 28 años de incertidumbre habían llegado a su fin: como contracara de tanta impunidad, la lucha llevada a cabo por todos los organismos comprometidos en la búsqueda de la verdad y de la justicia, está haciendo posible que hoy, se comience a saber qué fue de ellos y reconstruir sus últimos momentos.
El 15 de febrero de 2005, fueron enterrados en Gualeguaychú, su ciudad natal, los restos de nuestro compañero, hasta entonces detenido-desaparecido.
En una ceremonia casi íntima, reservada solo a los sentimientos más profundos, Carlos fue recordado por sus compañeros del barrio, de colegio, del Banco, la militancia, dándole forma corpórea a esos restos de hoy.
Numerosas fueron las adhesiones recibidas, entre ellas, la de la presidenta de nuestro Banco, Lic. Felisa Miceli y del Secretario de Derechos Humanos, Dr. Eduardo Luis Duhalde.
En su tumba sus amigos plantaron un retoño y en la inscripción de su lápida dice, parafraseando al poeta “Soy como el árbol talado que retoño, porque aún tengo la vida.”
En ese momento de la despedida final, los allí presentes sentimos que llegar a la Verdad, es indispensable para que se haga Justicia, es decir, que los responsables de tanta muerte y horror, paguen con la cárcel los crímenes que cometieron. Solo así será posible que NUNCA MAS.
(Biografía aportada por la Comisión de Empleados del Banco de la Nación Argentina por la Memoria, la Verdad y la Justicia)